lunes, 14 de abril de 2008

Un angel llamado Benjamín.




Es muy dificil mostrarle al mundo el dolor propio,
hoy en mi inmensa soledad, estoy intentando vivir el día a día,
con el recuerdo de mi hijo Benjamín.

Un bebé exquisito, que estuvo a mi lado durante 6 meses y medio,
el único ser verdadero, maravilloso, símbolo de pureza y verdadero amor.

Dios se lo llevo de mi lado, a una vida llena de cosas lindas y rodeado de seres maravillosos.

Cada vez que leo el texto escrito más abajo, hace que mi corazón sienta un poco de conformidad, y resignación. Creer en el paraíso en donde él vive, y que algun día él vendrá, tomará mi mano, y descubriremos juntos la vida que no vivimos.

Sin duda alguna, no soy la única madre en esta tierra a la cual le sucedió algo tan terrible y doloroso, se que hay muchas parejas que a diario ven partir a sus hijos, la edad que tengan no interesa, el dolor es el mismo, y se vivirá con ello por el resto de la vida.

En este largo camino, para encontrar la paz en mi interior, estoy sola, así como algún día fuí feliz, estuve plena de amor, llena de sueños, hoy no es así, pero sin duda alguna, la maravillosa experiencia de haber sido madre, también se la debo a él, a ese hombre que hoy no está conmigo, pero que me entregó esa pequeña semilla que cambió mi vida. Ya no deseo cuestionar nada, es la vida misma la que se encarga de dar y quitar, de vernos hoy sonreír y mañana llorar, hoy nos cierra una puerta y mañana nos abrirá una ventana. Todos dicen que el tiempo cura las heridas y aclara al corazón, yo en cambio creo que es el amor quien en definitiva cura todo.

SI ME AMAS

No llores si me amas ...
Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo...
Sí pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos...
Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos y los nuevos senderos que atravieso...
Si por un instante pudieras contemplar como yo la belleza ante la cual las bellezas palidecen... ¡Cómo!... ¡Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?
Creéme. Cuando la muerte venga a romper las ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban; cuando llegue el día que Dios ha fijado y conoce, y tu alma venga a este cielo en el que te ha precedido la mía...
Ese día volverás a verme.
Sentirás que te sigo amando, que te amé, y encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis feliz.
Ya no esperando la muerte, sino avanzando conmigo, que te llevaré de la mano por los senderos nuevos de luz y vida.
Enjuga tu llanto y no llores si me amas.


San Agustín Numidia - África 354-430

No hay comentarios: